-Algunas personas no roban lo que tienes, sino lo que eres, y lo hacen con una sonrisa que oculta el abismo de su alma-
Ivonne vivió una vida tranquila en el campo, rodeada de su familia, entre la calidez del hogar y la belleza de la naturaleza. Pero esa vida perfecta se desmoronó un día con la muerte inesperada de sus padres en un accidente. En ese vacío de desesperación y dolor, su tía Madelyn, hermana de su padre, se llevó a Ivonne, arrancándola de los brazos de Luna, su otra tía, que, incapaz de ser madre, había encontrado consuelo en los antidepresivos para callar sus propios demonios.
Madelyn, a diferencia de Luna, sí podía tener hijos, y esa capacidad la convirtió en una mujer peligrosa. En su mente retorcida, tener a Ivonne bajo su control significaba no solo un poder sobre la niña, sino una forma de compensar la vida vacía que siempre había vivido. Madelyn nunca pensó en Ivonne como una niña que necesitaba protección; para ella, Ivonne era solo una pieza más en su macabro juego de poder. Madelyn usó cada recurso a su disposición: humillaciones, abusos, manipulaciones y una crueldad que no dejaba espacio para el amor.
Pero cuando todo parecía perdido, Andrómeda apareció. Encontró a Ivonne en el peor de los lugares: un prostíbulo, el reflejo de lo que Madelyn había hecho con ella. Andrómeda movió cielo, mar y tierra para rescatarla, pero lo que Ivonne no sabía es que el rescate de Andrómeda solo era el principio. La verdad sobre Madelyn, sobre su sádica obsesión y los secretos oscuros que rodean su familia, está por desvelarse.
Ivonne lucha por recuperar lo que le fue robado, pero descubrirá que, al desenterrar la verdad, abrirá una caja de secretos que cambiarán para siempre lo que conocía sobre el amor, la familia y el dolor.
La guerra mágica dejó cicatrices profundas, incluso en aquellos que no la vivieron directamente. Tessa Lupin creció sin el calor de sus padres, alimentándose de recuerdos prestados, sin conocer realmente lo que era sentirse parte de un hogar.
Harry la cuidó como a una hija, pero no fue suficiente para que aquello se sintiera como un hogar. En el fondo, creía que la felicidad no era algo destinado para ella.
Consumida por el dolor y la soledad, una noche tomó una decisión desesperada. Se arrojó al lago, deseando acabar con su sufrimiento... sin imaginar que las aguas, guiadas por una magia antigua y malinterpretando su deseo, la arrastrarían al pasado.
Despertando en el barro, con su rostro cubierto de sangre, y ante la mirada curiosa de un muchacho con ropa extraña, Tessa, sabe que algo no esta bien, que aquel muchacho apuesto no es alguien común y corriente.
-¿Regulus Black?-preguntó incrédula, sintiendo que todo formaba parte de una burla hacia ella.
-Ese mismo, ¿me conoces?.
Se trataba de un error o era una nueva oportunidad para cambiar su presente.