Serán mis mejores guerreros, estos hombres que se entregan a mí. Como arcilla los moldeare y en el horno de la guerra los forjare. Con grandes armaduras los revestiré y con las más poderosas armas los armare. No les tocarán la plaga ni la enfermedad, ningún mal les afectará.
Tendrán tales tácticas, estrategias y máquinas que ningún enemigo podrá superarlos en combate. Son mi bastión contra el terror. Son los defensores de la humanidad. Son mis marines especiales, y no conocerán el miedo.
Pero ahora nos encontramos en el cuadragésimo primer milenio, en el despiadado universo del lejano futuro hay guerra.
El emperador de la humanidad libra una batalla interminable para proteger a los hombres de los horrores del espacio. En los límites del imperio las Alienígenas acechan y conspiran, y los demonios se infiltran a nuestro universo desde el horror de la disformidad.
Lo único que se ha interpuesto en su camino son los ejércitos de la humanidad, pero sobre todo los formidable ángeles de la muerte, no son simples mortales, son acero, son aniquilación.
Son los campeones de la humanidad, serán conocidos como los Marines Especiales.