Ustedes dirán, tener 23 años es exactamente la mejor etapa de tu vida, puedes experimentar, hacer y rehacer una y otra vez porque así funciona en los 20 pero yo te diría que teniendo mi vida, es lo peor que puede pasarte, nací en una familia de testigos de Jehová. Quizás con eso te lo digo todo.
Pero quizás también debo de contarte que mi mundo dio la vuelta de una forma tremenda al conocer un mundo que yo no sabía que existía. Vidas paralelas, vidas que realmente vivían, sonreían y reían de verdad. Tengo que decirte que la culpa me carcome algunas veces en las noches, pero de todas formas algún día sería crucificada, ¿y te digo algo más? volvería a elegirlo en mil vidas más.