En el mundo del fútbol, hay dos filosofías que han dividido a Japón durante años. Por un lado, la vieja escuela, representada por jugadores como Tsubasa Ozora, quien cree en el poder del trabajo en equipo, la cooperación y la unidad. Tsubasa ha sido la cara del fútbol japonés durante más de una década, guiando a su equipo a lo largo de numerosas victorias con su estilo brillante y su habilidad para conectar con sus compañeros de juego. La armonía en el campo es su mayor fortaleza, y su lema siempre ha sido que el verdadero espíritu del fútbol radica en la colaboración.
Por otro lado, existe una corriente más reciente que desafía todo lo que se sabía sobre el fútbol japonés: Blue Lock, un programa creado para transformar a los jugadores en los más egocéntricos y competitivos del mundo, con la esperanza de crear un delantero capaz de llevar a Japón a la cima del fútbol mundial. En Blue Lock, la individualidad y el deseo de superarse por encima de todo son las máximas. Es un lugar donde solo el más fuerte sobrevive, y donde los sueños de ser el mejor chocan contra las barreras de la colaboración.
Este es un enfrentamiento donde las estrellas del fútbol, forjadas bajo diferentes ideales, chocan en una batalla de estrategias, emociones y sueños. En este torneo, los jugadores no solo luchan por el triunfo, sino por algo mucho más profundo: el alma misma del fútbol japonés. ¿Será el futuro del fútbol japonés una cuestión de individualidades deslumbrantes o de la fuerza colectiva del equipo? Solo uno de estos enfoques prevalecerá en la historia del deporte.
Este es el inicio de una guerra en el campo, una guerra que podría definir el destino del fútbol japonés para las generaciones futuras.
¡Que comience la batalla!
Luego de una ruta genocida, Sans pierde en la ultima batalla contra la Humana. Sin embargo un Hombre que dice ser el reemplazo de Dios, hace un trato con el monstruo. "Te prestaré mi ayuda si tu me das la tuya"
Sans acepta y comienza una "Nueva Ruta"