A veces me pregunto si las cosas pasan por una razón, o si simplemente estamos condenados a ser arrastrados por las corrientes que la vida nos impone. Hay días en los que me siento como si estuviera flotando, sin rumbo, y otros en los que todo parece volverse claro, aunque nunca tanto como para creer que lo entiendo del todo.
Nunca he sido buena con las despedidas. O con los cambios, por lo que dicen. Pero a veces, esos cambios llegan, ya sea que los busques o no. Y lo peor es que no siempre sabes si te están empujando hacia algo mejor o si, simplemente, te estás hundiendo. Lo único que sé con certeza es que, últimamente, las piezas de mi vida se sienten desordenadas, como si alguien hubiera decidido barajarlas y ahora todo estuviera fuera de lugar.
No estoy buscando respuestas aún. No sé si quiero encontrarlas. Solo sé que algo está cambiando, algo que no puedo controlar. Y a veces, incluso me da miedo pensar que tal vez no soy la misma persona que fui hace unos meses. Pero, entonces, me pregunto si alguien alguna vez lo es.