Crisantemos Dorados (Jasper Hale x Male Reader)

Tus ojos me cautivaron como un crisantemo dorado bajo la luz del sol.

Si la gente me daba miedo, tú estabas en otro nivel.

Tu andar firme llenaba las baldosas de la sala con potencia; tu espalda, recta, no mostraba ni un atisbo de flaqueza.

Tu rostro severo, tu mirada... esa mirada dorada, firme y peligrosa a la vez.

Una advertencia silenciosa: acercarse sería un error.

Nunca una mirada me había cautivado tanto; jamás algo me había asustado de esa manera. Sentí ese cosquilleo recorrerme el cuerpo, algo que nunca antes había experimentado.

Jamás tendría el valor de acercarme a ti. Daba igual cuánta curiosidad despertaras en mí: solo quedaba esperar a que fueras tú quien se acercara.
Y sabía -lo sabía demasiado bien- que alguien como tú nunca se fijaría en alguien como yo.

En alguien roto.