Siempre me pregunté por qué era la única que tenía una gema en mi frente, hasta que conocí a Elektra.
Las gemas conceden un poder elemental, pero la mía seguía sin desarrollar, siendo una simple decoración. Elektra me llevó de vuelta a Bijoutier, el mundo donde nací.
Descubrí que era la yeminesa de Aricuos, una princesa que todos pensaban estaba muerta.
Mi madre biológica, la Keratione, me recibió con los brazos abiertos como cualquier madre. Fue tan convincente que me lo creí, pero era una mentira, una gran mentira que guardaba un secreto relacionado a mi sangre y mi nacimiento.
Me vi obligada a huir del castillo para salvar mi vida.