Amores Prohibidos y Sanguíneos

La sultana Neylan, hija del poderoso sultán Solimán y la noble sultana Mahidevran, era admirada en todo el imperio por su deslumbrante belleza, reflejo de su madre, y por la aguda inteligencia que la hacía destacar entre la corte. Sin embargo, su destino fue sellado a una edad temprana, víctima de los implacables juegos de poder del harén.

A los 14 años, la ambición de la sultana Hürrem la convirtió en una pieza más en su intrincada red de manipulaciones. Obligada contra su voluntad, Neylan fue entregada en matrimonio a su medio hermano, el príncipe Selim, en un enlace que no solo despojaba su libertad, sino también su felicidad. Desde el momento en que cruzó el umbral de su nuevo hogar, su vida se tornó en una pesadilla de humillaciones y sufrimientos.

Pero lo que más le dolía no eran los maltratos de su esposo ni el peso de un destino impuesto, sino el tormento de su propio corazón. Ella amaba a otro hombre, un amor prohibido que ardía en su pecho como una llama imposible de apagar. En la opulencia de los palacios y la frialdad de su matrimonio, Neylan luchaba en silencio entre el deber y el deseo, entre la sumisión y el anhelo de libertad.