Hasta que el Café se enfríe

Para Iris, la vida ha perdido su significado. La escritura, que alguna vez fue su refugio, se ha convertido en una rutina vacía, y cada día se siente como una página en blanco que no tiene fuerzas para llenar.

Hasta que lo conoce.

Él aparece en su vida con la naturalidad de quien no teme al tiempo, con una sonrisa que desafía su apatía y una forma de ver el mundo que choca con la suya. Sin pedir permiso, se convierte en su musa, en el caos que sacude su monotonía, en la persona que la obliga a mirar más allá de sus propios pensamientos.

Le enseña a encontrar belleza en lo cotidiano. A vivir sin miedo a lo inevitable.

A entender que algunas historias no están destinadas a durar para siempre, pero eso no las hace menos valiosas.

Juntos escribirán su propio capítulo, sin saber cuántas páginas les quedan por llenar.