A menudo en la historia de la humanidad, algunos hombres poderosos, aunque cobardes y acomplejados, sin encontrar armas para combatir la sabiduría y el conocimiento, que les hacían sentir seriamente amenazados, presentaron cargos contra ciertos poderes ocultos. Los poseedores de dichos poderes, en su gran mayoría mujeres, fueron perseguidos, incluso torturados y condenados a muerte. Este hecho da un giro a la vida de Dione, que se siente con el deber de proteger a sus dos hermanas ante la ausencia de una figura materna. Ellas, ajenas a todo peligro, gozan de su vida de princesa. Su padre las adora, les habla a menudo de su madre y ellas escuchan atentamente para no perder detalle. Pero Dione sabe que entre todas las bellas historias, hay una que el rey jamás contará, una que le viene a la mente cada mañana al abrir los ojos, que le tortura y le mata muy lentamente, que le hace sentir víctima de un embrujo.