Hye Jin y Seong Je nunca aprendieron a amarse sin lastimarse.
Cada encuentro era una herida nueva, cada despedida una promesa rota. Aun así, algo en ellos los hacía volver, como si el dolor también fuera una forma de seguir vivos, seguir juntos.
Viven entre dos mundos opuestos: la disciplina y el descontrol. Lo suyo nunca tuvo nombre, solo momentos que se repetían entre el amor y el abandono. Pero cuando el pasado los obliga a enfrentarse, deberán decidir si vale la pena seguir amando lo que siempre duele.
Hay amores que no llegan para quedarse, sino para mostrarte quién eres cuando todo se derrumba. Él fue su caos, ella su calma... y entre ambos nació una historia que ardió en silencio, como una llama que no quería apagarse.
Y en esa contradicción, comenzó una historia que dolía tanto como enamoraba... y que, quizás, nunca dejó de arder.