Lo que vivimos en Seul

Krysta siempre sintió que Barcelona no era su hogar. Perdida entre calles que conocía demasiado bien, su vida parecía un rompecabezas con piezas que no encajaban. Decidida a escapar de esa sensación de vacío, compra un billete solo de ida a Seúl, una ciudad que siempre le intrigó pero que nunca imaginó que cambiaría su destino.

Entre luces de neón y rascacielos imponentes, Krysta encuentra lo que siempre soñó: un sentido de pertenencia, un amor inesperado y una oportunidad que jamás habría imaginado. Sin embargo, la felicidad tiene un precio. Lo que Seúl le da con una mano, se lo arrebata con la otra, obligándola a tomar decisiones que podrían romperle el alma.

Aiden Lee nunca ha vivido según las reglas de nadie más que las suyas. Creció en Seúl, en un mundo donde la velocidad y la adrenalina son su única constante. Las carreras ilegales le dan la libertad que la sociedad intenta arrebatarle, y el amor nunca ha sido una opción. Para él, los sentimientos son una distracción, un riesgo que no vale la pena tomar. Pero todo cambia cuando conoce a Krysta. Desde el primer instante, ella es diferente a cualquiera que haya conocido. Con su espíritu indomable y sus propios demonios a cuestas, despierta en Aiden algo que ni siquiera sabía que existía: el miedo a perder algo que realmente le importa.
Sin embargo, el destino no se lo pondrá fácil. En un mundo donde la velocidad lo es todo y las decisiones pueden costar demasiado, Aiden se verá obligado a elegir entre su estilo de vida y la única persona que ha logrado romper sus barreras.

Una historia de autodescubrimiento, sacrificio y sueños cumplidos... a un costo que quizás sea demasiado alto.