"¿Quieres venir conmigo?", pregunta, todavía de espaldas a Matt.
El latido del corazón de Frank se mantiene estable, lo que indica que no hay segundas intenciones tras su invitación. Un silencio momentáneo se hace entre ellos, mientras Matt está demasiado ocupado, aturdido por la inesperada invitación.
"Está bien si no quieres, pero quizá te haga bien. Tómate un descanso, olvídate de toda esta mierda y suciedad de estas calles", continúa Frank, en voz baja y sorprendentemente amable. "Al menos por unos días".
¿Se puede amar tanto a los muertos que llega a enfermar?
¿Es posible aferrarse tanto al pasado?
¿Qué se supone que haga si su otra mitad, todo lo que alguna vez amó yacía en una tumba?
¿Acaso él, Frank Castle, aún era capaz de amar?
Es solo un viejo amor ha echado raíces dentro de él.