Detrás de un guardián de sonrisas siempre se esconde una herida del alma... Esta historia le pertenece a Ridoc, nuestro querido jinete, el más simpático y él que más cosas oculta...
muchos lo cuestionaran, otros lo subestimaran, pero el sabe que hizo... la elección correcta
ninguno de los personajes me pertenece, todo el crédito a su respectivo creador