Me encontraba sola, en algún lugar desconocido. No veía nada, por lo que suponía que era de noche. Escuche en susurros que alguien me llamaba cada vez más fuerte y sin ton ni son me desperté.
Estaba en el suelo, con mucha gente alrededor, gritándome, echándome agua fría por la cabeza, y de repente entendí todo.
Era un día más, estaba en el instituto, de cuerpo presente pero de mente ausente, como siempre.
-Tía, ¿Estás bien? – Escuche decir a mi mejor amiga Isabela la cual se posicionaba a mi lado ayudándome a incorporarme.
- Sí - Aclare al fin cuando pude retomar el aliento debido a mi desmallo.
Desde la muerte de mi padre era habitual que me desmallara y más en horas escolares ya que hacía bastante que no comía casi nada, una pieza de fruta o un batido de cacao para irme a dormir, pero prefiero no hablar de este tema, no me gusta.
Aquella traición provocó dolor, el cual después se transformó en superación de si misma. Adalia Weber luego de la traición de los hermanos Müller se hizo una sola promesa.
No volver a confiar en hombres.
Pero todo cambia cuando un encuentro inesperado los hace nuevamente chocar sus caminos y se pone en duda su promesa.
Adalia tendrá que luchar entre lo que desea y la promesa que ella misma se hizo prometer.
El deseo aveces es más grande de lo que uno puede creer.
¿Será que este será el Renacimiento de la Reina de los hermanos Müller?