Ser el hermano mayor: La injusticia silenciosa
¿Alguna vez has sentido que ser el hermano mayor es como ser el conejillo de indias de tu madre? Cuando llegaste al mundo, ella tenía toda la energía y la ilusión de criar al niño perfecto. Cada regla era estricta, cada permiso se ganaba con sudor y lágrimas.
Parpadeas y, de repente, tienes dos hermanos menores. Tu mamá, ya agotada de la vida, ni siquiera tiene energía para sacarles fotos o seguirles el ritmo. Se vuelve más relajada, permisiva, y hasta parece haberse olvidado de todas esas reglas que tú tuviste que cumplir a rajatabla.
Lo que tú conseguiste con esfuerzo, como un teléfono, redes sociales, una Play o simplemente el permiso para salir de noche, tus hermanos lo obtienen sin apenas pedirlo. Mientras tú tenías que negociar y demostrar responsabilidad, ellos, con solo 11 años, ya salen de noche, tienen TikTok y disfrutan de todo lo que a ti te costó conseguir.
Este libro es para ti, que sabes lo que es ser el hermano mayor. Aquí encontrarás todas las injusticias que vivimos, pero también las ventajas y desventajas de ser el primero en enfrentar el mundo.
⚠️ Si no eres el hermano mayor, posiblemente no te sientas identificado. Pero léelo igual, para que así tengas más respeto y comprensión por tu hermano mayor. ⚠️
¿Qué puede salir mal cuando tu peor enemigo también es tu hermanastro? Absolutamente todo. Desde que eran niños, su relación pasó de ser una amistad cercana a una guerra declarada tras una broma cruel en clase de educación física. Lo que parecía una simple rivalidad infantil se convirtió en un conflicto constante, alimentado por heridas del pasado, bromas cada vez más pesadas y una convivencia forzada tras la unión de sus padres.
Ni siquiera la llegada de su hermana pequeña logró apaciguar el caos entre ellos por mucho tiempo. Años después, ya adolescentes y compartiendo techo, los enfrentamientos siguen... pero algo ha cambiado. Entre peleas, sarcasmo y miradas que duran más de lo que deberían, comienzan a surgir sentimientos que ninguno de los dos sabe cómo manejar. Porque a veces, el odio no es más que una emoción intensa que esconde algo mucho más complicado.