REINA O PEÓN

El día de mi boda debería ser el más feliz de mi vida, pero mientras camino hacia el altar, siento que mi alma se quiebra. La persona que alguna vez amé está entre los invitados. Mi futuro esposo, vestido de negro,pero su mirada no es para mí, sino para otra mujer Y ni siquiera intenta fingir que me quiere. Este matrimonio nació condenado, y lo sé antes de pronunciar las palabras que cambiarán mi vida para siempre.

Cuando el sacerdote pregunta, él responde con un frío "sí, acepto", apretando los puños con rabia contenida. Ahora es mi turno. El silencio en la iglesia es abrumador, como si todos esperaran mi reacción. No sabía que mi mayor pecado sería un simple "sí, acepto", pero la verdad es que todo comenzó a torcerse mucho antes de este día.