Nosotros los fantasmas

Ser un fantasma no es tan emocionante como parece. No hay túneles de luz, ni revelaciones cósmicas. Solo estás... ahí. Flotando. Existiendo. Espantando inquilinos ruidosos por puro aburrimiento.

Lo peor es estar atrapado en una casa sin saber por qué y ni siquiera recordar cómo moriste. Pensé que estaba condenado a una eternidad de paredes silenciosas y preguntas sin respuesta.

Hasta que llegó ella.

Una chica con el talento sobrenatural de tropezar con todo, cero instinto de supervivencia y la terquedad suficiente como para no salir corriendo aunque le hable una lámpara.

Ahora tengo dos grandes problemas:

1. Descubrir por qué sigo aquí.

2. Sobrevivir a la única persona que no parece tener miedo.

Sí morir no fue el problema... Quedarme atrapado con ella sí.