Yo atacaré si mi amo me lo pide.

"El psiquiatra Nils Bejerot, asesor de la policía sueca durante el asalto (Pasaron seis días secuestrados en condiciones de violencia; aunque fueron obligados a ponerse en pie con sogas alrededor del cuello, los rehenes protegieron al raptor para evitar que fuera atacado por la policía de Estocolmo.), acuñó el término de síndrome de Estocolmo para referirse a la reacción fraternal de secuestrados o violadas ante su transgresor", (Guerrero Tapia, Boletín UNAM-DGCS-737, 06:00 hs. 24 de diciembre de 2015)

Descrito como el acto de generar algún tipo de simpatía ante un agresor, ¿es posible qué un ser humano tan vil podría ser amado y ser considerado como alguien merecedor de respeto?; no merece ser llamado humano.
La conciencia es algo que solo se atribuye a muy pocas especies, una de ellas, el humano. Y la misma es la generadora de aquellos sentimientos de empatía o sensibilidad, aquella perdida al insensibilizarse a ciertos actos inhumanos, como el asesinato.

"Lo hice por él."
Aquel hombre de un porte elegante e imponedor, esa bella noche. Estoy locamente enamorado de ese hombre cruel que yace a la par de la juguetona sonrisa de la blanca piel de su ser.