Bajo el cielo de una noche estrellada, la Red Pill, academia estoica, era atacada por el temido General Rob Paper Sheet. Su tropa estaba liderada por un gigantesco buque de guerra que disparaba rayos de luz progresista hacia el planeta Sigma. El panorama era fúnebre.
Las temibles F.G.A.P. (Feministas Gordas Asalariadas Promiscuas) se desplegaban con sus armas de luz, arrasando con la resistencia. Su escuadrón más poderoso, Las Madres Solteras, destruía todo a su peso... digo, a su paso. La humanidad de Sigma estaba en peligro, todo lo que conocían estaba a punto de ser aniquilado.
Pero de entre las sombras surgía un rayo de esperanza: el legendario R. Espartan, capitán del escuadrón Real Madrid, el último bastión de gladiadores basados. Aun así, la situación era desesperada. La moral de la tropa estaba por los suelos, pues el Temach, el más grande de los sabios, acababa de negarle su bendición a Espartaco 18.
Pero Espartaco 18 no necesitaba validación. Con un solo acto de puro estoicismo, repelió a todas las Feministas, expulsándolas de Sigma. Su determinación era absoluta, su masculinidad inquebrantable. Pero la victoria no fue sin pérdidas: la "Red Pill" había sido destruida.
Tras la guerra, R. Espartan decidió que la humanidad necesitaba un nuevo faro de luz. Fue así como fundó la legendaria "Escuela de la Excelencia", un santuario donde las futuras generaciones aprenderían el camino del hombre supremo. Como símbolo de su grandeza, adoptó el nombre Espartaco 18, en honor a sus 18 esposas.
Mientras contemplaba el horizonte de Sigma, sabía que la batalla no había terminado. La Federación Feminista volvería. Pero él estaría listo.
Porque un hombre basado... jamás cae.