-Que pasa?No me reconoces?No me extrañaste?-.
-No...no te extraño-.Dijo con voz dulce y llena de calma para luego desaparecer entre la oscuridad del bosque justo detrás de él antes de que se fuera.
-Quiero verte a los ojos mientras me hundo profundamente en tu interior.- Pete no pudo evitar gemir.- Rodéame con las piernas cariño,- dijo tomando sus muslos y alzandolo para recargarlo en la pared.- No me sueltes.