
La habitación estaba llena de un leve olor a humo. El cigarrillo entre sus dedos soltaba un fuerte aroma que penetraba hasta lo más profundo de sus fosas nasales. Sus labios se cerraron en una sonrisa que parecía más una mueca y sus profundos ojos esmeralda brillaban con una seriedad que solo provocaba un miedo constante. Sus largas piernas se cruzaron, dejando a la vista unos brillantes zapatos lustrados, y junto a su atractivo traje rojo vino extendió la mano y apretó con fuerza el marco de fotos en la palma de su mano. Una elegante sonrisa se dibujó poco a poco en la comisura de sus labios. Aquel hermoso hombre que sostenía en brazos a un pequeño niño de regordetas mejillas eran su más grande adoración y lo que mantenía su cordura. Ellos lo convertían en un Padre y Amante amoroso... No obstante, solo aquel que miraba desde lo más lejos comprendía cómo era realmente su alma ennegrecida. En un mundo donde solo vemos lo que nos muestran, es fácil dejarse devorar por la maldad. Ni el santo más bueno se aleja del pecado y ni el diablo más malo carece de mentiras. No seas incrédulo, de lo contrario te devorarán. ... Toda historia tiene dos versiones, y aquí tú verás solo la que yo quiero que veas.All Rights Reserved