Si alguien me hubiera dicho hace aproximadamente tres años que mi novia se volvería prácticamente loca y me usaría como su saco personal de boxeo cada vez que quisiera, que mis padres no me creerían, y que tendría que huir del país, le habría dicho que estaba completamente loco... hasta estaba considerando pedirle matrimonio.
Aunque ahora, que ya estoy metido en esa situación, no me parece tan difícil de creer. Lo que jamás pensé fue que, al llegar a Miami, mi situación se complicaría aún más... y que terminaría casándome con un chico al que apenas conocía, solo para obtener un par de papeles.
Mi nombre es Maxi Espíndola, y esta es mi peculiar pero muy linda historia de amor.