Story cover for indefinidamente - Lando Norris by brutaisainz
indefinidamente - Lando Norris
  • WpView
    Reads 550
  • WpVote
    Votes 31
  • WpPart
    Parts 11
  • WpView
    Reads 550
  • WpVote
    Votes 31
  • WpPart
    Parts 11
Ongoing, First published Apr 06
Donde una estudiante de ingeniería mecánica, a través de un sorteo, es invitada a pasar las prácticas e incluso la carrera en el garaje 4, sin saber nada del deporte, conoce a Lando Norris, el piloto más narcisista de la parrilla, al cual, accidentalmente choca al pasar.
¿Logrará este comienzo desastroso, lleno de odio terminar en algo bueno?
All Rights Reserved
Sign up to add indefinidamente - Lando Norris to your library and receive updates
or
Content Guidelines
You may also like
El Omega Más Peligroso de la Parrilla by AshleyMoa
6 parts Ongoing Mature
Lando Norris no era solo el único Omega en la parrilla de Fórmula 1. No. Era el Omega. Con O mayúscula, con feromonas que podían volver loco hasta al Alfa más controlado, con una piel suave, sonrisa de ángel y una inocencia tan natural que lo hacía aún más irresistible. El problema no era solo que era un Omega sexy y caliente sin darse cuenta. El verdadero caos era que todos -TODOS- los Alfas de la parrilla estaban absolutamente obsesionados con él. Y cuando decimos obsesionados, hablamos de gruñidos territoriales, miradas cargadas de lujuria, competencias por ver quién lo hace ruborizar más fuerte, intentos de marcarlo con "accidentes" casuales y sí, hasta silbidos descarados cada vez que Lando entraba a una sala. -¿Ese short es nuevo, Lando? -ronroneó Charles Leclerc desde el sofá, con los ojos fijos en la curva perfecta del Omega. -N-no... lo tengo desde el año pasado... -murmuró Lando, completamente ajeno al hecho de que tenía a media parrilla a punto de entrar en celo por cómo se había agachado para recoger una botella. Oscar Piastri, el Alfa silencioso y peligroso, se tensó al ver a Charles tan cerca. Max Verstappen soltó un gruñido bajo. George Russell fingía leer un documento pero no había pasado de la primera línea. Lewis Hamilton ya estaba quitándose la chaqueta, como si el calor corporal estuviera subiendo demasiado. Mientras tanto, los rookies observaban a Lando con los ojos grandes, como si vieran a un pastel irresistible en una vitrina. -¡Mío! -soltó Yuki de repente, lanzándose hacia Lando con los brazos abiertos. -¡Ni lo sueñes, pequeño! -lo bloqueó Esteban Ocon con un brazo firme. -¡Silencio todos! ¡Voy a ser el primero en calentar al Omega esta vez! -bramó Carlos Sainz. Lando solo los miró, confundido, con ese brillo inocente en los ojos y esa sonrisa dulce que tenía efectos colaterales peligrosos en los sistemas hormonales de todos los presentes. -¿Por qué todos están tan... raros últimamente?
Lo Que No Supe Cuidar by AshleyMoa
1 part Complete
Durante años, Lando y Max fueron inseparables. Dentro y fuera de la pista, compartían algo más que la adrenalina de las carreras: una relación que nació entre risas, complicidades y secretos en los paddocks. Pero el ego de Max... ese maldito ego, siempre lo arruinaba todo. Max no sabía cómo amar sin competir. Tenía que ganar en todo: en la pista, en las discusiones, incluso en el cariño. Lando, al principio, aguantaba. Siempre tan dulce, tan paciente. Pero hasta la ternura se cansa de los gritos, de los celos, de las palabras que cortan como cuchillas. "Solo eres un niño mimado con una sonrisa bonita. Sin mí no serías nada", fue una de las últimas frases que Max le lanzó una noche en Mónaco. Lando, con los ojos brillantes pero secos, simplemente se fue. Y esta vez no volvió. Meses pasaron, luego un año. Max seguía con su vida... o eso decía. Corría, ganaba, sonreía para las cámaras. Pero en el fondo, algo faltaba. No lo quería admitir. Hasta que lo vio. Lando, en una cena benéfica en Londres, sonriendo de verdad. A su lado, un tipo alto, de barba prolija y lentes. No era piloto. No tenía idea de motores ni banderas amarillas. Era profesor de historia del arte en una universidad. Se llamaba Alex. Y hacía reír a Lando como Max nunca supo hacerlo. La primera vez que Max los vio tomados de la mano, sintió una punzada. No era solo celos. Era pérdida. Era darse cuenta que lo que una vez fue suyo, ya no le pertenecía. Y lo peor: Lando no lo miraba con rencor. Lo miraba como se mira a un recuerdo... uno que ya no duele. Intentó acercarse. -Lando... podemos hablar? -le dijo en un evento, con la voz más suave que jamás había usado. Lando le sonrió, educado, distante. -Claro, Max. ¿Qué necesitas? Ese "¿Qué necesitas?" lo mató. Ya no había amor, ni dolor, ni siquiera rabia. Solo cortesía. Y Max se quedó ahí, viendo cómo Lando se alejaba, tomado de la mano de alguien que no necesitaba saber de Fórmula 1 para amarlo bien.
You may also like
Slide 1 of 10
El Omega Más Peligroso de la Parrilla cover
Kiss me ; Landoscar  cover
ᴀᴅɪᴠɪɴᴀ ǫᴜɪᴇɴ s��ᴏʏ [Finalizada] cover
The Winner Takes It All cover
New Driver | Frando cover
Lo Que No Supe Cuidar cover
Matando La Distancia  cover
La Aventura (Frando) cover
𝐰𝐞𝐥𝐜𝐨𝐦𝐞 𝐡𝐨𝐦𝐞, 𝐝𝐞𝐚𝐫 || Lαndo Norrıs cover
HATE LOVING YOU  (Lando Norris) cover

El Omega Más Peligroso de la Parrilla

6 parts Ongoing Mature

Lando Norris no era solo el único Omega en la parrilla de Fórmula 1. No. Era el Omega. Con O mayúscula, con feromonas que podían volver loco hasta al Alfa más controlado, con una piel suave, sonrisa de ángel y una inocencia tan natural que lo hacía aún más irresistible. El problema no era solo que era un Omega sexy y caliente sin darse cuenta. El verdadero caos era que todos -TODOS- los Alfas de la parrilla estaban absolutamente obsesionados con él. Y cuando decimos obsesionados, hablamos de gruñidos territoriales, miradas cargadas de lujuria, competencias por ver quién lo hace ruborizar más fuerte, intentos de marcarlo con "accidentes" casuales y sí, hasta silbidos descarados cada vez que Lando entraba a una sala. -¿Ese short es nuevo, Lando? -ronroneó Charles Leclerc desde el sofá, con los ojos fijos en la curva perfecta del Omega. -N-no... lo tengo desde el año pasado... -murmuró Lando, completamente ajeno al hecho de que tenía a media parrilla a punto de entrar en celo por cómo se había agachado para recoger una botella. Oscar Piastri, el Alfa silencioso y peligroso, se tensó al ver a Charles tan cerca. Max Verstappen soltó un gruñido bajo. George Russell fingía leer un documento pero no había pasado de la primera línea. Lewis Hamilton ya estaba quitándose la chaqueta, como si el calor corporal estuviera subiendo demasiado. Mientras tanto, los rookies observaban a Lando con los ojos grandes, como si vieran a un pastel irresistible en una vitrina. -¡Mío! -soltó Yuki de repente, lanzándose hacia Lando con los brazos abiertos. -¡Ni lo sueñes, pequeño! -lo bloqueó Esteban Ocon con un brazo firme. -¡Silencio todos! ¡Voy a ser el primero en calentar al Omega esta vez! -bramó Carlos Sainz. Lando solo los miró, confundido, con ese brillo inocente en los ojos y esa sonrisa dulce que tenía efectos colaterales peligrosos en los sistemas hormonales de todos los presentes. -¿Por qué todos están tan... raros últimamente?