Kagami Taiga no destaca precisamente por ser sociable. En la universidad se limita a sacar buenas notas, hablar con sus amigos por Discord, y perderse durante horas en un mundo de fantasía. Le basta. Le sobra. No necesita nada más.
Hasta que un trabajo en grupo le arruina la rutina. O más bien, hasta que le asignan al compañero que más detesta: Aomine Daiki. El ídolo del campus. La estrella de baloncesto. El tipo que va por la vida con una sonrisa engreída y al que todo le importa una mierda.
Kagami lo odia.
O eso cree.
Mientras tanto, al otro lado de la pantalla, alguien nuevo acaba de aparecer en su vida. Irónico, algo torpe, encantador sin querer. Sin buscarlo, empieza a colarse en sus noches, en sus risas, en sus silencios. Lo que comenzó como una amistad online se transforma, poco a poco, en algo más. Algo demasiado cercano. Algo íntimo. Algo que da miedo nombrar.
Lo que ninguno de los dos imagina es que se han enamorado dos veces.
Una en el juego.
Otra en la vida real.
Y que ambos, sin saberlo, están divididos entre dos versiones del mismo corazón.
Porque enamorarse de alguien que no sabes quién es, puede ser fácil.
Lo difícil es enfrentarte a ti mismo cuando descubres que lo conocías desde el principio.
Por algún extraño motivo, Kagami ahora es un pequeño niño de 2 años y medio. Nadie se explica como aquello pudo haber sucedido, ni como pueden solucionarlo. Pero lo mas raro y estresante de todo, es que el pequeño pelirrojo no quiere por ningún motivo separarse de Aomine. ¿cómo van a dejar al pequeño Kagami al cuidado de alguien tan irresponsable como Daiki?
-¡No puedes ni cuidarte solo Dai-chan, ¿como pretendes cuidar de Kagamin?!
-Aomine-kun, no le hagas nada extraño a Kagami-kun. Él es solo un niño ahora.
-¡Aominecchi va a violar a Kagamicchi en cuanto tenga oportunidad!
-Si le haces algo raro a Taiga, atente a las consecuencias Daiki.
-¡¿COMO ES POSIBLE QUE SEA UN NIÑO?! ¡Necesitan ir con un experto, nanodayo!
-Gami-chin, ¿Quieres de mis dulces? Ahora eres tan adorable que no me importa compartir contigo.
-¿Pero qué demonios le sucedió a Taiga? ¡No le des tantos dulces Atsushi!
-¡I love you Daiki!
Definitivamente la semana más difícil en la vida de Aomine Daiki.