Sonamos Diferente Bajo la Lluvia

Lo conoció un martes, justo cuando el cielo parecía estar a punto de llorar.

Aquel chico con estrellas en su cara tenía cara de estar harto del mundo. De esas personas que miran el suelo mientras caminan, como si ya supieran que no hay nada bueno esperándolas al frente. Llevaba puestos unos audífonos grandes, pero no sonaba música. Solo quería que nadie le hablara.

Él estaba sentado en una esquina de la estación del metro, con una guitarra sobre las piernas y un cuaderno en el suelo. Tocaba sin prisa, como si su música no fuera para los demás, sino para sí mismo.
Nadie lo escuchaba. Excepto el chico de las estrellas.

La melodía era suave. Como la lluvia antes de caer. Como las palabras que duelen pero no se dicen.

Él pecoso se detuvo.
Por primera vez en mucho tiempo, se detuvo.

Él lo miró, solo un segundo, y luego volvió a tocar.

El rubio no dijo nada.

Él tampoco.

Pero ese día llovió más fuerte que nunca, y algo dentro de él chico de las estrellas cambió.

Porque aunque odiaba la lluvia...
esa vez sonó diferente.