En los confines sombríos y laberínticos de un hospital psiquiátrico de alta seguridad, donde la desesperanza a menudo eclipsaba cualquier atisbo de recuperación, el doctor "Thomas"un psicólogo y terapeuta de renombre, se preparaba para un encuentro que desafiaría los límites de su comprensión y pondría a prueba la solidez de su propia cordura. Su nuevo paciente era Bugbo, un individuo envuelto en una leyenda de horror: un caníbal despiadado, cuya voracidad no conocía límites y cuya psique, según los informes, se hallaba más allá de cualquier esperanza de redención. Se decía que Bugbo era un caso perdido, una oscuridad palpable en su mente. Sin embargo, en el corazón de Thomas ardía una llama obstinada, una convicción profesional y quizás una pizca de audacia personal, que lo impulsaba a desafiar el diagnóstico sombrío. Estaba decidido a adentrarse en los recovecos más oscuros de la mente de Bugbo, a desentrañar los nudos de su patología, con la ferviente esperanza de encontrar una grieta, una posibilidad de "reparación", por remota que pareciera. Consciente del abismo al que se asomaba, Thomas sabía que esta inmersión en la psique de un monstruo podría tener un precio devastador, exponiendo su propia estabilidad mental a corrientes peligrosas y desconocidas.
"Bienvenido a Disturbia el lugar donde tus pesadillas cobran vida, no te dejes engañar, aquí todos guardamos un secreto".
En la noche de Halloween Steve visita un club de moda con el fin de convencer a su abuelo de que ha mejorado, comenzaba a resignarse a vivir siempre en aquel infierno, pero jamás pensó que el misterioso chico que conoció en Disturbia podría entender la oscuridad que habita dentro de él.