
Felix sabe exactamente lo que necesita cuando todo le pesa: la voz grave de su papi, sus manos firmes y esa mirada que lo desarma. No hay consuelo más dulce que arrodillarse frente a Hyunjin y dejar que lo arruine como solo él sabe hacerlo. Porque cuando toca la puerta de ese departamento, no va en busca de ternura. Va a rogar por todo. Y Hyunjin... siempre le da más de lo que pide.All Rights Reserved