Una carta. Una respuesta. Un encuentro que lo cambia todo.
Lucía lanza una carta al mar con su correo electrónico, sin esperar respuesta. Pero alguien contesta. Alguien que sabe más de lo que dice.
Mateo asegura haber encontrado la botella por casualidad. Sus mensajes son intensos, casi demasiado personales. Aun así, Lucía no puede dejar de escribirle.
Un día, se cruzan en una cafetería sin saber quiénes son. O al menos, eso cree ella... Porque no todo en esta historia fue dejado al azar.
¿Y si el verdadero misterio no era quien respondió la carta, sino porque?
Emma y Thiago no se soportan.
Ella lo considera un idiota impulsivo.
Él la ve como una sabelotodo insoportable.
Lo único que tienen en común... es una suspensión escolar que los obliga a compartir la misma sala durante toda una semana.
Sin teléfonos.
Sin distracciones.
Y sin escapatoria.
Pero todo cambia cuando Emma comienza a recibir cartas anónimas -escritas a mano, escondidas entre libros y cuadernos-.
Cartas que no llevan nombre, pero que parecen conocerla mejor que nadie.
Y aunque intenta ignorarlo, hay algo en las palabras...
Con cada línea escrita, sus certezas se tambalean.
Y los sentimientos... comienzan a confundirse.
Porque a veces, lo que no firmas dice más de ti que todo lo que gritas.
Una historia sobre secretos, prejuicios y lo inesperado de enamorarse de quien menos imaginabas.