Esta no es una historia de héroes.
Aquí no hay capitas ondeando al viento, ni rescates gloriosos bajo reflectores.
Esto es Gotham.
Y Gotham no cría salvadores.
Cría bestias.
Margaret Salvatore nació en una jaula dorada, alimentada a golpes disfrazados de disciplina.
Era perfecta.
Hermosa.
Letal.
Una marioneta con tijeras en las manos.
Jason Todd emergió del barro y de las balas perdidas.
Era ira envuelta en huesos rotos.
Un niño olvidado que aprendió demasiado pronto que en este mundo solo sobreviven los que saben morder.
Ambos fueron forjados en el mismo infierno.
Sin saberlo.
Sin pedirlo.
Ahora sus caminos se cruzan.
Dos incendios, dos abismos, dos promesas de destrucción caminando en la cuerda floja.
Margaret no busca redención.
Jason no busca perdón.
Ambos solo quieren algo que ni siquiera saben nombrar.
Quizá paz.
Quizá venganza.
Quizá simplemente alguien que los vea arder...
y no intente apagar el fuego.
Esta es su historia.
Sucia.
Rabiosa.
Real.
Bienvenidos al borde de la ruina.