Story cover for ERROR: Rojo Carmesí  by NovaCisseis
ERROR: Rojo Carmesí
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Ongoing, First published Apr 27
Damián era un prodigio de la tecnología y el orgullo de la fuerza policial. Arrogante, joven y prometedor.
No podía creer que sus compañeros habían abandonado un caso difícil, lazo una risita ¿No la podían atrapar y a penas la vieron? Parece un juego, solo era una ladrona de pacotilla que hacía robos menores y sin embargo los había dejado en ridículo.
"Yo podría" pensó y no lo dudo, en su ardua investigación a penas lo logró, cinco segundos. Cinco segundos que logró obtener de la ladrona de rojo en un camara de seguridad que había hackeado había sido lo que necesitaba. Estaba a punto de caer.
Luego la ladrona le enseño un vídeo, demostraba que lo conocía a el y a las personas cercanas a el.
Chantajes, robos, engaños, era su modos operanti, un sentido de la justicia totalmente retorcida que ¿Funcionaba?
El no lo creía, la derrotaría, ella no sabía que era en verdad la justicia, pero el si. Si, era un juego, un juego que el ganaría.
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22 parts Ongoing

Charles Leclerc no era alguien que viviera con arrepentimientos. Creía firmemente que, si quería hacer algo, debía hacerlo sin dudarlo, porque sin importar el resultado, siempre quedaría la experiencia. La vida era corta y él planeaba vivirla sin remordimientos. Sin embargo, mientras manejaba por las calles desiertas de Mónaco a las tres de la madrugada en busca de sushi, comenzó a cuestionarse un par de cosas. No se arrepentía en lo absoluto de haber decidido formar una familia con Carlos. Lo que sí lamentaba, quizá un poco, era haber sido tan confiado al decirle que pidiera lo que quisiera, cuando quisiera, que él se lo concedería sin importar la hora. Porque claro, su omeguita embarazado había tomado esas palabras demasiado en serio. Suspiró, tratando de ignorar el frío de la noche mientras conducía. En algún punto de su vida, entre circuitos y podios, se había imaginado noches de insomnio por nervios antes de una carrera, pero nunca pensó que sus desvelos serían por una misión culinaria de emergencia. Y aun así, ahí estaba, porque si algo tenía más grande que su orgullo era el amor que sentía por Carlos... aunque mañana definitivamente renegociarían los términos de esos antojos nocturnos.