Era el tipo de viaje que todos necesitaban, pero ninguno sabía realmente cuánto lo deseaba hasta que llegaron. Después de meses de misiones agotadoras, noches sin dormir y responsabilidades interminables, los Pilares finalmente tenían la oportunidad de desconectar. El destino: una playa tranquila, alejada del ajetreo y las demandas del mundo. Un lugar donde podían ser simplemente ellos mismos, sin máscaras ni expectativas, solo amigos disfrutando del sol y la compañía mutua.
Cada uno tenía sus propias razones para aceptar la invitación, aunque, a decir verdad, todos tenían algo en común: la necesidad de descansar. De recargar energías, de reír sin preocupaciones, de olvidar por un momento las sombras de la vida cotidiana. Y, por supuesto, también estaba el elemento que todos disfrutaban en silencio pero que nadie mencionaba en voz alta: el tiempo juntos.
La playa los esperaba, y con ella, un mar de risas, desafíos y momentos compartidos. Entre castillos de arena, carreras por la orilla y sol abrazador, nacían nuevas historias, algunas más complicadas que otras, pero todas marcadas por el mismo deseo de disfrutar. Y en ese rincón apartado del mundo, los vínculos se fortalecerían, los sentimientos se desbordarían y, sobre todo, descubrirían algo tan simple como raro: la verdadera paz en la compañía de los demás.
Estas eran las vacaciones que los Pilares nunca olvidarán. Tres días para dejarse llevar, tres días para dar rienda suelta a sus corazones y, tal vez, incluso a sus sentimientos.
Y todo comenzó cuando la camioneta llegó a ese paraíso playero, tan lleno de promesas como de esperanzas.
Una mañana soleada, tranquila y sencilla. Tomioka Giyuu, cazador de demonios; Pilar del agua, esperaba que su ya viejo y despistado cuervo llegará para indicarle su misión, resolverla y seguir con la siguiente. Pero un pensamiento siempre rondaba:
"¿Cómo sería estar cada uno en la posición del otro...? Sabito".
Autor: 🌈Tyn.Lee🌈