No debí leer ese diario

Ágatha solo quería pasar desapercibida. Pero todo cambió el día que encontró un diario en la mochila de Arthur Keller, el chico más enigmático del instituto.
Un diario que no le pertenecía.
Un diario que no debía leer.
Un diario que no pudo soltar.

Página tras página, se hunde en los pensamientos más oscuros de Arthur. Y mientras más publica esos fragmentos en el periódico escolar, más difícil se vuelve distinguir entre justicia, obsesión... y algo que podría parecer amor.

Pero Ágatha no sabe que alguien la está observando.
Que The Watcher conoce cada uno de sus pasos.
Y que tal vez, desde el inicio, ella nunca fue la que tenía el control.

Porque algunas historias no se escriben solas.
Y hay verdades que solo se revelan cuando ya es demasiado tarde.