Inmune a las emociones

Fui la primera creación exitosa de mis padres, no fui creada en un vientre como un niño normal, me desarrollé en una cúpula, mis padres me crearon a su antojo, la hija perfecta, manipularon mi ADN y por ende, parte de la información genética. Fui diseñada para ser obediente, obedecer a mis superiores es obligatorio.

Mis emociones fueron eliminadas antes de que pudieran formarse. No conozco la tristeza, ni la alegría, ni el amor, los sentimientos son una distracción para los humanos. No me hacen falta.

Mi mente procesa datos con una velocidad imposible para un humano común. Mi sentido del deber fue codificado en cada célula. A los dieciséis, ya tenía una misión y un título universitario, era licenciada en Derecho. No fui a una escuela pero tuve los mejores profesores personales.

Me llamo Julie Kessel.
Y aunque mis creadores me diseñaron para no sentir, hay algo dentro de mí que lucha por despertar. Una chispa que se encendió la primera vez que puse un pie en Roma, una ciudad tan hermosa como jodida por dentro, dominada por un narcotraficante que todos temen, incluso aquellos que nunca lo han visto. Leonardo Capaldi, alias El Escorpión. Un rostro sin identidad. Un nombre que paraliza.

La guerra que se avecina no será solo de armas.
Será una guerra de control, de poder, de instintos que no entiendo pero que comienzan a brotar en mí sin permiso. En medio de todo, está él... el presidente Adriano Fiore. Frío, autoritario, arrogante. Un hombre que no teme jugar con fuego, sin saber que esta vez el fuego podría consumirlo.

No estoy aquí para sentir.
Estoy aquí para cumplir.
Pero incluso las máquinas más perfectas...
tarde o temprano, encuentran un fallo en el sistema.