Ella venía por el infierno, él por olvido

Cada noche, exactamente a las tres de la mañana, las fronteras entre el mundo de los vivos y el de los muertos se desvanecen. En ese breve instante de cruce, un bar oculto en algún rincón olvidado del tiempo abre sus puertas a criaturas errantes, almas perdidas y seres del inframundo. El dueño es un íncubo antiguo, que alguna vez se deleitó con los placeres nocturnos, pero ahora arrastra el hastío de siglos de existencia. Su rutina cambia cuando comienza a visitar, noche tras noche, a una dama de compañía que también frecuenta el bar. A medida que el mundo se descompone a su alrededor y el límite entre deseo y redención se vuelve difuso, el íncubo descubre que no todas las almas están perdidas... y que incluso un demonio puede desear algo más que carne.