Entonces, una lengua gruesa y húmeda se deslizó por el costado del cuello de 𝐄ijiro, lento, reclamándolo, saboreándolo, haciéndolo temblar hasta los dedos de los pies.
-"Ahora eres mío, pequeño intruso"- Murmura la bestia, sus manos rozando el vientre de Kirishima, luego sus caderas (su toque lanza fuego sobre la piel de Kiri) antes de posarse de nuevo en su cintura.
-"Y no me he reproducido en muchísimo tiempo"-
gime, acercándose más a él, al humano asustado.
O bien, el humano Eijiro se reproduce con el hombre lobo Katsuki