Harry Styles sufre de amnesia selectiva después de la traumática experiencia de perder a su esposo. En el hospital psiquiátrico, se encuentra con un misterioso chico de ojos azules que lo desespera hasta el cansancio, pero que aún así tolera, porque es el único que es capaz de ayudarlo.
Forjan una confusa amistad que, es lo único que lo ayuda a mantener la cordura en ese lugar. La introspección que logra de sí mismo mientras conoce a Louis, lo va sanando de a poco y tejiendo un sentimiento de paz en su interior.
"¿Por que tienes miedo de abrir la caja de Pandora?" Louis le preguntó con burla.
"¡No tengo miedo tonto!" Harry rio golpeando levemente el brazo del ojiazul. "Mi cerebro está frito por leer tanto" Dijo con más seriedad "Ante cada mínimo avance, termino en total colapso, ¿Cuál es tu excusa genio? Se burló de vuelta el ojiverde. "Tienes más tiempo que nadie aquí, ¿Cuándo abrirás tú, la caja de Pandora? Ya es tiempo que salgas de aquí.
"Yo nunca me iré de aquí" Louis parecía feliz y relajado, con sus brazos cruzados tras la nuca y un suspiro pacifico. "Todo yo, soy una caja de Pandora" Le guiño un ojo coqueto, ganándose una carcajada su amigo que logro ser silenciada por la pesada mirada del ojiazul sobre sus labios, lo veía con descaro y picardía. Tenía tantas ganas de lanzarse sobre él y besarlo, o simplemente golpearlo de nuevo por hacerlo sonrojarse.
"Loco" Harry se redujo a girar los ojos con diversión e ignorar las mariposas aleteando en su interior.
Entre las amplias paredes de una panadería de Londres, oculto sin el afán de esconderse, un chico de caireles color hojas oscuras de otoño se dedica a obsequiar su sonrisa y hasta trozos de su corazón a los clientes, en consecuencia caen por embelesamiento; sin embargo, un comensal en particular supo, desde la primera vez que vio al muchacho, que no existía ni existiría beldad semejante a la suya, y quizás sólo por eso vuelve al establecimiento en el que labora: por el anhelo inexorable de estar en presencia de aquel pedazo de edén.
Pero el desafortunado personaje teme, teme porque sabe que su falta de audición no le permitirá comunicarse fácilmente con el chico que emana luz dorada.
Donde Harry es el magnificente panadero por el que Louis, un joven sordo y acomplejado, se convence de que el mundo no puede catalogarse como lúgubre cuando la brillantez se personifica frente a él.