— ¿Necesitas ayuda? ¿estás bien? oh por Dios, tienes un bebé en brazos. — el castaño se preocupó al ver en la calle esa escena, el chico de ojos verdes sentado en aquel callejón a esa hora, que era tarde, demasiado para estar en esa situación con un bebé en brazos. — Por favor. Necesito ayuda, no tengo donde quedarme y debo cuidar del bebé, ¿podrías ayudarme?—el chico rizado habló rápidamente y levantó la mirada, estaba avergonzado pero estaba más que dispuesto a perder su dignidad por la salud del bebé. — Ven, por favor. —Louis cargó al bebé lentamente y lo abrigó con su chaqueta— pueden quedarse en mi casa, tranquilo... —Claro que Louis jamás hubiera aceptado a un desconocido en su casa, pero por alguna razón sintió que eso estaría bien. Al ver a ese bebé, tan pequeño y desabrigado con ese frío. Y a ese chico de tan hermosos ojos, no puso resistirse a eso.