Michaela Servadio está segura de una cosa: su alma se encuentra muy lejos de la salvación. Condenada por su sangre, juró servirle a la Iglesia y ayudar a lidiar con sus asuntos demoníacos en un intento por redimirse aun cuando su fe es tan inexistente como indeseada. O al menos lo era, hasta que un caso la arrastra en un juego de sombras y control que podría extenderse hasta sus propios orígenes. Un sacerdote atacado, un rito macabro, y una pluma blanca capaz de repeler un demonio vengativo... Ciertamente no es el trabajo para una chica que no cree en ángeles, menos cuando el joven con todas las respuestas presenta tantos secretos como peligros. Con el tiempo corriendo, será mejor que Michaela logre llegar al fondo del asunto antes que sea demasiado tarde, o la próxima persona en ser atacada podría ser ella misma, y el demonio podría estar mucho más cerca de lo que imagina.