Siempre tuve una muy buena situación económica, pero no es porque mi padre haya ido a una universidad cara o heredado una gran fortuna, nada de eso. Él consiguió todo ese dinero con su trabajo, todo salió de la venta de drogas. Es muy difícil ser la hija de un narcotraficante tan importante, siempre con perfil bajo, corriendo de la policía, mudándome cada dos por tres, con gente rara en la casa, etcétera. Hasta que llegó una persona con el mismo propósito que todos, pero de alguna forma, distinto.