Uzi, una drone trabajadora (que por idea de Stella cambio a una de desmontaje) con carácter fuerte, y N, un alfa meloso y torpe, se enamoraron en medio del caos.
Su amor fue loco, dulce, intenso y lleno de frases de doble sentido, cucharitas, peleas por café caliente y cartas cursis que guardaban desde su primer mes.
De ese amor nació Milly, una nena intensa, celosa, graciosa, con ojos amarillos como su papá y gruñidos como su mamá.
Después vino el dolor: un aborto espontáneo. Nila, la bebé que no llegó a nacer, pero que dejó una huella eterna.
Con el tiempo llegó Lyra, una ternurita de cabello blanco y ojos morados.
Y más tarde, el pequeño Iker, idéntico a su papá.
La familia creció entre amor empalagoso, chistes dobles, caos con tías, suegros dramáticos, aspiradoras que daban miedo, gripes que parecían el fin del mundo y abrazos infinitos.
Hasta que una noche mágica, Nila volvió como un suspiro, dejando una flor de loto brillante y una nota para despedirse.
Y cuando todos la velaron en silencio,
la flor desapareció...
...entre un río de lotos <3
Hay otro libro que sería la parte 2 de esta historia (está en mi perfil).
Comentario 1: ¿¿¿¿¿¿¿KÓMO XK LLEGASTES ASTA AKI?????
Nate está dispuesto a volver luego de decidir que pasar cuatro años huyendo de su pasado ha sido suficiente, es hora de enfrentarlo, lo que no sabe es que tras volver regresa arrastrando las remembranzas de un profundo rechazo por parte de André y cuando ambos vuelven a toparse el Lazo que aún los une recobra tanta fuerza que por unos instantes Nate pareciera querer olvidar todo y entregarse a los brazos de su primer amor.
No obstante, ahora hay alguien más, un Alfa que está dispuesto a reclamar su lugar y no sólo eso, sino también a Nate quien sin poder evitarlo, entra en un debate mental en donde luchará contra la verdad que le trae el destino y lo que sus ojos quieren ver. La verdad que tanto deseó escuchar se encuentra plasmada entre letras y una carta que por cuatro años ha conservado y su Despertar como Omega sólo terminará de empeorar las cosas y ¡no sólo eso!
Nate está perfectamente consciente de que no es él quien tiene la última palabra; sino su Omega.