
Siempre supe que mi vida no era mía. Me la prestaron como un traje mal cosido, con etiquetas que dicen 'hija ejemplar', 'hermana fuerte', 'futura maestra'. Pero bajo esta piel prestada, hay cicatrices que cantan en silencio, voces que susurran: ¿Saltarías del puente...si supieras que nadie te atraparía?. Esta es la historia de cómo aprendí a respirar en un mundo que me exigió vivir ahogada.All Rights Reserved