Los 8 Dioses- La maldición de Shine

A lo lejos, se escuchaba el retumbar de los truenos, y en el aire flotaba ese aroma refrescante que anuncia la llegada de la lluvia. El sonido suave de las primeras gotas bailando sobre el tejado acompañaba el recuerdo de aquel día... el día en que alguien lloró por quien más amaba.

Lo único que quedaba de él era una esfera de cristal que colgaba de su cuello. En su interior, una luz danzante, una energía tan viva que parecía tener alma propia. Se sentía cálida, inquieta, casi infantil... ¿Sabría él que lo seguía cuidando? ¿Sabría que aún pensaba en él cada día, que lo llevaba consigo como un tesoro?

Ambos habían recibido advertencias. Los dioses habían hablado: estar juntos estaba prohibido.
Pero eligieron ignorarlo.

Eligieron amarse... aunque eso los separara.

Ahora, sólo quedaban recuerdos. Su voz aún resonaba en los sueños, como un eco lejano.
No podía verlo. No podía tocarlo.
Solo le quedaba caminar bajo la lluvia, con el corazón temblando, recordando el instante en que sus labios se unieron por primera vez...
Ese momento en que todo comenzó... y también todo se rompió.