¿Y si la persona que admiraste toda tu vida... termina siendo la que te enseña a amar sin miedo?
Delfina tiene 21 años, un hijo de cinco que es su motor, y un pasado que no termina de soltarla. Ser madre soltera no estaba en sus planes, pero lo abrazó con el corazón. Lo que no pidió fue vivir bajo el mismo techo con un hombre que la rompe por dentro, que la calla, que la obliga a fingir que todo está bien por el bien de su hijo.
Pero un encuentro inesperado lo cambia todo.
Un partido. Una charla casual. Una mirada que se cruza.
Y de repente, ahí está él: Enzo Fernández. El jugador que admiró desde la adolescencia. El que sin saberlo, le dio nombre al segundo nombre de su hijo.
El que sin quererlo, termina escuchando lo que nadie escuchó antes.
Una amistad crece entre ellos. Sincera. Profunda. Real.
Pero... ¿cuánto puede durar una amistad donde hay miradas que tiemblan y silencios que queman?
-No quiero que me salves, Enzo. Solo quiero que no me sueltes.
Una historia sobre maternidad, heridas invisibles, fútbol, sueños rotos y nuevos comienzos.
Un amor que nace en lo cotidiano. En una taza de café, en una sala de jardín de infantes, en un abrazo que no se atreve a durar de más.
Porque cuando todo duele... alguien tiene que llegar y sanar.