Ellie Williams se había consumido por completo a causa de la venganza, ese sentimiento brumoso y espeso, tan negro y pigmentado que manchaba todo a su paso, silencioso, pero matador. Cuando te das cuenta que estuviste ebrio de venganza y las decisiones que tomaste no te llevaron a ningún lado, a ningún estado de alivio ni logro, es demasiado tarde.
Ahora con 21 años y el alma a la deriva siente que no hay lugar al cual pertenecer, no hay persona a la cual correr y abrazar o simplemente algo que la mantenga en la tierra. Sin expectativas de un nuevo comienzo vuelve a Jackson, quizás porque aunque no tuviera ganas de seguir no podía suicidarse, tal vez porque tenía que disculparse con Dina por haberla abandonado, cualquier excusa era buena, pues hasta ella misma se las creía.
Redención, una palabra que cobraría vida al atravesar nuevamente las hogareñas puertas de Jackson, no con el perdón de Dina, ni con tener nuevamente un lugar donde dormir y brindar lealtad. La Redención venía en forma de una chica nueva en la comunidad, con un cabello largo y de un rubio platinado que, si las hadas existieran, envidiarían, con un carácter espontáneo y cálido, con manos llenas de vida y creatividad, abiertas a una Ellie que solo buscaba la redención que encontraba en esos brazos.
Ellie Williams x Ocfem.
La muerte siempre te respira en la nuca.
La venganza nunca es lo que uno espera.
Esas emociones que consumen todo tu ser y que, cuando se disipan, dejan un vacío imposible de llenar. O eso pensaba Ellie, mientras vagaba buscando una razón para seguir con vida.
Iba a volver a Jackson. No por la esperanza de un nuevo comienzo, sino porque sabía que le debía disculpas a personas que, con suerte, aún estarían allí. Tal vez así, pensaba, podría darle fin a todo.
Pero el destino tenía otros planes. En su camino, otra alma consumida y a la deriva la encontró.
𝓡𝓮𝓼𝓲𝓼𝓽𝓲𝓻 𝔂 𝓼𝓸𝓫𝓻𝓮𝓿𝓲𝓿𝓲𝓻.
Ese era el lema con el Rhae ha vivido toda su vida, aunque últimamente no tuviera fuerzas ni para una cosa ni para la otra.