La temporada social de 1814 es la primera vez que Kate pisa Londres, a pesar de haber pasado hace ya cuatro años la edad habitual de debut. Acompañada por su madre y su encantadora hermana menor, Edwina, se lanza a los salones ingleses plagados de rumores, apariencias y prejuicios. Kate está decidida a encontrarle a Edwina un buen marido entre el enjambre de libertinos del ton -aunque tenga que espantar a más de uno personalmente.
Durante un paseo a caballo por el bosque, Kate conoce a un hombre de inquietante presencia. Él lleva consigo el cuerpo momificado de un conejo y un extraño libro de cuero con incrustaciones.
Al oír por accidente una conversación entre ese misterioso caballero y nada menos que la reina Charlotte, Kate se ve arrastrada a un mundo que desafía toda lógica. La magia existe, y ahora ella lo sabe.
Y aunque debería alejarse, hay algo en el dolor escondido tras los ojos de ese hombre que la conmueve. Día tras día, conversación tras conversación, Kate y él comienzan a compartir más tiempo del que deberían.
Para colmo, el molesto vizconde Bridgerton ha puesto los ojos en Edwina. Kate está ahogada de furia... y de deseo también.
Incluso una mujer terca como ella no puede evitar ceder ante la suave mirada de ese hombre.
No, Kate definitivamente no está hechizada por él... o eso quiere creer.
-¿Entonces la magia no puede crear?
-No. La magia nunca crea. Solo transforma... y siempre exige un precio. Su majestad ya lo ha pagado: entregó la vida de uno de sus hijos, a cambio de la cordura del rey.
DISCLAIMER: Bridgerton y sus personajes pertenecen a Julia Quinn y Netflix.