Mas grande soy menos control tengo Teoria existencial

No sé quién sos.
Y si esta teoría te llega, tal vez eso sea exactamente lo que necesitabas:
ser nadie.

En una época en la que cada alma es un anuncio ambulante, cada idea un producto, y cada existencia un número de likes, llega un texto que no quiere venderte nada. No te promete éxito. No viene con la falsa misericordia del optimismo ni con la arrogancia vacía de los coach espirituales. Viene, simplemente, a decir: la irrelevancia no es un castigo, sino una trinchera.

Esta teoría nació del aburrimiento más fértil: el que no se llena con videos de motivación, ni con libros que te enseñan a "vivir tu mejor vida", sino con horas mirando el techo, preguntándote si ser alguien es realmente un objetivo... o un delirio compartido. Y como todas las cosas importantes, no empezó con una revelación, sino con una molestia.

Una molestia con las figuras que se repiten. Con los discursos reciclados. Con la necesidad enfermiza de ser especial.
¿Qué pasa si no querés jugar ese juego?
¿Qué pasa si entendiste que el premio de ser visible es la cárcel del personaje que te construiste?
¿Qué pasa si no estás roto, ni perdido, ni dormido, sino simplemente... harto?

Este joven creador, aún sin barba ni títulos ni fama, levanta un dedo medio filosófico y te ofrece una salida:
ser olvidado, ser invisible, ser libre.

Y eso no es rendirse.
Eso es recuperar algo que te habían robado sin que lo notaras:
tu derecho a existir sin justificativo.

Así que si estás leyendo esto con la intención de "mejorarte", podés irte.
Esto no te hará mejor.
Te hará consciente.
Y eso, pequeño lector irrelevante, es mucho más peligroso.

Bienvenido.
Adentro hace frío, pero al menos nadie te está mirando.