Siempre fuimos tres. -Kevin Álvarez y Brian Rodríguez.

Hay historias que comienzan con un beso.
La de Sofi, Kevin y Brian comenzó con una promesa de infancia, tres niños que crecieron compartiéndolo todo: las risas, los miedos, las tardes en la sala de una casa que los volvió hermanos aunque no llevaran la misma sangre.

Pero crecer cambia las reglas.

Kevin siempre fue el protector, el alma libre, el chico que decía en voz alta lo que sentía, aunque no siempre supiera cómo lidiar con lo que callaba.
Brian fue el observador silencioso, el que aprendió a hacerse a un lado por amor, incluso cuando eso dolía más que quedarse.
Y Sofi... ella fue el puente entre ambos, la amiga de siempre, la constante. Hasta que ya no lo fue.

Ahora, adultos, bajo un mismo techo, los silencios pesan distinto. Las miradas duran un poco más. Y los latidos, aunque aún cercanos... no siempre van al mismo ritmo.

Porque a veces, cuando creces con dos corazones a tu lado, descubres que el tuyo ya eligió mucho antes de que te dieras cuenta.

Y hay decisiones que se sienten como traiciones.
Y verdades que arden más que las mentiras.
Y amores que, por más que duelan... no puedes evitar.