Zoro y sanji beben una posion extraña que los convierte en niños otra vez cargados de traumas. Tal vez la historia de un giro inesperado nada que ver con el inicio.
Sanji ama el amor, ama amar, ama ver qué todos son amados, más si venía de sus cuidados, los cuales profesaba a sus amigos y padre adoptivo, más nunca se detuvo a pensar que el también podía ser amado, y Zoro será quien se lo haga saber.