Donde las palabras no duelen

Tras años siendo el blanco de burlas por vivir en silencio, Brianna se muda con sus padres a Ribalta, un pequeño pueblo rodeado de montañas y secretos. Deja atrás una ciudad llena de ruidos hirientes y miradas crueles, con la esperanza de empezar de cero... aunque oir le siga costando y confiar, aún más.

Pero en Ribalta no todo es silencio. Allí conoce a Kael, un chico que no intenta cambiarla ni entenderla del todo, sino simplemente estar. Con él, Brianma descubre que hay palabras que sanan, que los sonidos no siempre vienen del oído y que, a veces, para escuchar de verdad, hace falta silenciar la mente.